¿Sabías que el trofeo original de la Copa del Mundo, el Trofeo Jules Rimet, fue robado en 1983 y nunca se recuperó?

¿Sabías que el trofeo original de la Copa del Mundo, el Trofeo Jules Rimet, fue robado en 1983 y nunca se recuperó?

El Trofeo Jules Rimet, considerado uno de los trofeos más icónicos de la historia del fútbol, fue el galardón otorgado al campeón de la Copa Mundial de la FIFA desde 1930 hasta 1970. Diseñado por el escultor francés Abel Lafleur, el trofeo mostraba a la diosa griega Niké sosteniendo una copa, y estaba hecho de oro macizo sobre una base de lapislázuli. Pero, como toda gran historia, la del Trofeo Jules Rimet también está marcada por un episodio oscuro y misterioso: el robo de 1983.

El robo que cambió la historia del trofeo

El 19 de diciembre de 1983, el Trofeo Jules Rimet fue robado de la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en Río de Janeiro. En ese momento, Brasil ya había ganado tres Copas del Mundo, lo que le permitió quedarse de forma definitiva con el trofeo. La noticia del robo fue un golpe devastador para el mundo del fútbol, ya que el trofeo era mucho más que un simple objeto: era un símbolo del dominio futbolístico y de los triunfos en la historia del torneo más importante del fútbol mundial.

El robo fue planeado meticulosamente por Sérgio Pereira Ayres, un ladrón conocido por el nombre de «Sérgio Peralta», quien, junto con su banda de cómplices, logró ingresar a las instalaciones de la CBF. Tras reducir al guardia de seguridad que vigilaba el trofeo, los ladrones lograron sustraerlo sin que nadie se percatara.

La venta del oro

Una vez que el trofeo fue robado, los ladrones lo entregaron a Juan Carlos Hernández, un joyero argentino que, en lugar de vender el trofeo intacto, decidió fundirlo. El proceso fue relativamente sencillo para los ladrones, ya que el trofeo estaba compuesto en su mayoría por oro macizo. La venta de este oro fue mucho menor en valor al valor histórico y cultural del trofeo. Se estima que la venta del oro obtenido solo alcanzó los 15.500 dólares, lo que contrasta enormemente con el valor incalculable del Trofeo Jules Rimet.

La búsqueda y recuperación parcial

El robo fue un gran golpe para la FIFA y las autoridades brasileñas, pero a pesar de las intensas investigaciones, el trofeo nunca fue completamente recuperado. El destino del trofeo original sigue siendo un misterio, y el trofeo jamás fue encontrado en su totalidad. Sin embargo, en 2015, la base original del trofeo fue encontrada en el sótano de la sede de la FIFA en Zúrich, Suiza. Esta base estaba hecha de lapislázuli y había sido reemplazada en 1954 por una base más alta para poder incluir más inscripciones de los equipos ganadores de la Copa del Mundo. Este hallazgo parcial ofreció una pequeña dosis de consuelo, ya que era la única parte del trofeo que se encontraba en buenas condiciones.

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Impacto en la historia del trofeo

Tras el robo, el Trofeo Jules Rimet nunca volvió a ser utilizado como el galardón principal de la Copa del Mundo. La FIFA decidió crear un nuevo trofeo, que conocemos hoy como el Trofeo de la Copa del Mundo, el cual se entrega al campeón mundial de fútbol desde 1974. Este nuevo trofeo ha sido diseñado con una base de oro macizo y una figura que representa dos seres humanos sosteniendo el mundo, lo que simboliza la unión global a través del fútbol.

A pesar de que el Trofeo Jules Rimet ya no existe en su totalidad, su legado perdura en el mundo del fútbol. El robo dejó una marca imborrable en la historia de la Copa del Mundo, ya que fue el primer gran incidente que involucró a un trofeo de tal magnitud.

Consecuencias del robo y lecciones aprendidas

El robo del Trofeo Jules Rimet dejó claro que incluso los objetos más valiosos y simbólicos en el mundo del fútbol no están exentos de riesgos. Como consecuencia, la FIFA ha tomado medidas estrictas para asegurar el Trofeo de la Copa del Mundo en cada torneo. Ahora, el trofeo original es cuidadosamente resguardado por las autoridades y solo se le permite al país campeón mantenerlo en su poder temporalmente, regresando al término del torneo.

A día de hoy, el destino final del Trofeo Jules Rimet sigue siendo un misterio. El robo de 1983 no solo marcó un hito en la historia de la Copa del Mundo, sino que también evidenció la fragilidad de los símbolos más sagrados del deporte. La pérdida de este trofeo se mantiene como uno de los momentos más oscuros de la historia del fútbol.