Muchos padres se enfrentan a una situación delicada: su hijo quiere jugar al fútbol, pero no lo hace bien. Y aunque puede parecer algo trivial, detrás de esa frase se esconde una oportunidad única para enseñar valores, fomentar la autoestima y fortalecer el vínculo familiar. Porque no se trata de ser el mejor, sino de disfrutar, aprender y crecer a través del deporte.
El deseo de jugar es más importante que el talento
Que tu hijo quiera jugar al fútbol ya es una señal muy positiva. El amor por el deporte es el motor que mueve a los grandes jugadores, incluso a aquellos que no nacieron con habilidades sobresalientes. El talento puede ayudarte a comenzar, pero la constancia te lleva lejos.
Hay niños que al principio no destacan, se tropiezan con el balón o no entienden las reglas, pero con el tiempo y el entrenamiento adecuado logran mejorar notablemente. No es raro ver cómo los que eran «los peores» del equipo a los 8 años, terminan siendo pilares a los 14. Todo depende del entorno y del apoyo que reciban.
Cómo apoyar a tu hijo si quiere jugar al fútbol y no lo hace bien
Aquí te damos algunas claves fundamentales para acompañarlo en este proceso:
1. Refuerza su motivación
En lugar de centrarte en los errores o en lo que le falta, destaca lo positivo: su esfuerzo, su ilusión, su valentía al intentarlo. Frases como “me encanta verte disfrutar” o “estoy orgulloso de que no te rindas” valen más que cualquier crítica técnica.
2. No lo compares
Compararlo con otros niños solo genera inseguridad. Cada niño tiene su ritmo. Tu hijo no necesita ser el mejor, solo necesita ser él mismo y disfrutar.
3. Busca un entorno adecuado
Elige una escuela o club donde se valore el compañerismo y el aprendizaje, no solo los resultados. Un buen entrenador puede transformar la experiencia de un niño con baja habilidad técnica en algo enriquecedor y positivo.
4. Acompáñalo sin presionarlo
Ir a verlo entrenar, ayudarlo con el equipamiento o incluso jugar un rato en el parque son formas de estar presente sin ponerle presión. Demuéstrale que tu apoyo no depende de su rendimiento.
5. Enséñale que el error es parte del juego
Muchos niños abandonan porque tienen miedo a fallar. Explícale que todos los jugadores, incluso los profesionales, cometen errores. Y que lo importante no es no equivocarse, sino aprender cada día.
El fútbol como herramienta para la vida
Más allá del nivel de habilidad, el fútbol enseña cosas valiosas: trabajo en equipo, disciplina, empatía, esfuerzo, respeto. Incluso si tu hijo nunca llega a jugar en primera división, lo que aprenda en el campo lo acompañará para siempre.
Lo más importante es que no se sienta juzgado por quien más admira: tú. Ser su apoyo incondicional le dará la confianza necesaria para seguir adelante, en el fútbol y en la vida.