En el mundo del fútbol hay jugadores que lo dan todo por el escudo y otros que simplemente prometen mucho y ofrecen poco. En esa comparativa, Jesús Vallejo sale claramente ganador frente a Dean Huijsen. Basta con repasar trayectorias, actitud y rendimiento para entender por qué Vallejo es mil veces mejor que el joven neerlandés españolizado.
Jesús Vallejo: humildad, sacrificio y fiabilidad
Jesús Vallejo es el típico jugador que no hace ruido, pero cuando se le necesita, cumple con creces. Formado en el Real Zaragoza y curtido en clubes como el Real Madrid, el Eintracht Frankfurt o el Granada, ha demostrado una y otra vez que es un central sobrio, inteligente y comprometido. Puede que no sea el más mediático ni el más viral en redes sociales, pero es de esos futbolistas que cualquier entrenador quiere tener en su plantilla.
¿Lo quieren de lateral? Juega. ¿Le llaman tras meses en el banquillo? Rinde. ¿Hay que hacer piña en el vestuario? Es de los primeros en sumar. Vallejo tiene valores de los de antes, cabeza de profesional y cero ego.
Dean Huijsen: hype excesivo y errores impropios
Por otro lado, Dean Huijsen ha sido inflado mediáticamente sin apenas haber demostrado nada serio. Sí, es joven, sí, mide casi dos metros y ha jugado en el Bormouth, Juventus y Roma, pero eso no basta. ¿De qué sirve medir tanto si luego pierde la marca o se lanza al suelo sin sentido? Su juego es muchas veces torpe, impulsivo, incluso ingenuo. Y su actitud, algo altiva, no ayuda en absoluto a tapar las carencias futbolísticas que ha mostrado.
Mientras Vallejo es un central limpio y fiable, Huijsen es de esos que te generan dudas cada vez que se acercan al área. ¿Tiene proyección? Tal vez. ¿Tiene presente? Desde luego que no.
Comparación injusta: Vallejo está en otra liga (aunque no lo digan los focos)
Compararlos es casi injusto. Vallejo ha jugado Champions, ha sido internacional con la absoluta, ha liderado defensas y ha salido al rescate cuando nadie más quería ponerse el mono de trabajo. Huijsen, por ahora, vive más de su estatura y su pasaporte que de sus méritos en el campo.
El fútbol no es solo potencia ni juventud: es cabeza, lectura de juego, constancia y corazón. Y en esos aspectos, Jesús Vallejo le da mil vueltas. Le podrá faltar continuidad, pero le sobra profesionalidad, compromiso y humildad. Tres cosas que, sinceramente, Huijsen aún no ha demostrado.
