En una era dominada por las notificaciones constantes, el «multitasking» y las pantallas brillantes, nuestra capacidad de concentración está bajo asedio. A menudo sentimos que nuestra mente salta de una tarea a otra sin lograr asentarse. Curiosamente, la solución para recuperar ese enfoque perdido podría no estar en una nueva app de productividad, sino en un lienzo, un pincel y un poco de pintura.
Lo que antes se consideraba un simple juego de niños, ha resurgido como una poderosa herramienta de bienestar. La tendencia de pintar por numeros adultos ha explotado en popularidad, no solo por el resultado artístico, sino porque funciona como un «gimnasio» para nuestra atención y salud mental.
Aquí te explicamos cómo esta actividad creativa ayuda a reconfigurar tu cerebro para mejorar la concentración.
La ciencia de la atención sostenida
A nivel cognitivo, pintar por números es un ejercicio de precisión. El proceso requiere que el cerebro identifique un número pequeño, busque el color correspondiente y guíe la mano para rellenar un espacio delimitado sin salirse de la línea.
Esta secuencia de acciones activa la corteza prefrontal, el área del cerebro responsable de la planificación y el enfoque. Al obligar a la mente a concentrarse en una tarea mecánica pero detallada durante un periodo prolongado, estamos entrenando nuestra «atención sostenida». Es similar a ejercitar un músculo: cuanto más tiempo pasas pintando sin mirar el móvil, más fuerte se vuelve tu capacidad para bloquear distracciones en otras áreas de tu vida, como el trabajo o el estudio.
El «Estado de Flujo»: Meditación activa
Muchas personas encuentran difícil meditar en silencio; la mente divaga demasiado rápido. Pintar por números ofrece una alternativa perfecta conocida como «meditación activa».
Al sumergirte en la pintura, es fácil entrar en lo que los psicólogos llaman el «estado de flujo» (flow state). Es ese momento en el que pierdes la noción del tiempo y las preocupaciones del día a día —las facturas, el estrés laboral, la ansiedad— se desvanecen. Tu mundo se reduce al movimiento del pincel y al color que tienes delante. Este descanso mental no solo reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés), sino que «resetea» tu cerebro, permitiéndote volver a tus tareas diarias con una mente más fresca y clara.
Autoestima y dopamina: El premio del cerebro
La falta de concentración a menudo viene acompañada de frustración por no terminar lo que empezamos. Pintar por números rompe este ciclo mediante un sistema de recompensas inmediato.
Cada pequeña sección que rellenas es una micro-victoria. A medida que ves cómo el lienzo en blanco se transforma en una obra de arte colorida, tu cerebro libera dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la motivación.
Este sentido de logro es vital. Completar un cuadro demuestra que eres capaz de comprometerte con un proyecto y llevarlo a cabo hasta el final. Esta inyección de confianza y autoestima a menudo se traduce en una mayor motivación para afrontar desafíos más complejos fuera del ámbito artístico.
Conclusión: Un antídoto contra el caos moderno
Pintar por números es mucho más que un pasatiempo nostálgico; es una terapia accesible y efectiva. Ofrece un refugio estructurado donde el caos de la vida moderna no puede entrar.
Si buscas una forma de calmar tu mente, mejorar tu paciencia y agudizar tu enfoque, quizás sea hora de dejar el teléfono a un lado, coger un pincel y dejar que los números guíen tu camino hacia la calma.
